El tortuoso camino de una usuaria para que no se le vulneren sus derechos por parte de una EPS
Mi comentario se refiere a la historia que me contó en Bogotá una joven mujer, afiliada a la Empresa Promotora de Salud, EPS, Famisanar, relacionada con las angustias que debe padecer a diario por cuenta de la ineficiencia e ineficacia de la entidad para cumplir a cabalidad la atención que le corresponde, luego de que le diagnosticaron tres tipos de males crónicos.
La usuaria lleva más de 15 años afiliada a Famisanar. En este tiempo le surgió un problema de hipotiroidismo que la obliga a exámenes, controles e ingesta de medicamentos de por vida. Igualmente se le presentó una gastritis crónica que requiere intervención y controles permanentes. Posteriormente le fue extraido su útero por el registro de un tumor maligno, lo cual también requiere controles y tratamientos constantes. ¿Dónde comienza el calvario de la usuaria? Cuando se refiere a medicina general, la EPS asigna consulta con el primer médico disponible. Es decir no es el mismo médico familiar como ocurre en otras instituciones. Los medicamentos se los recetan para tres o cuatro meses pero la EPS solo entrega para 30 días, el resto debe comprarlos ella por su cuenta para evitar que se le empeoren las tres patologías que sufre. Con los exámenes de laboratorio es lo mismo. Además de que las empresas responsables están muy lejos del lugar de residencia, con un examen de tiroglobulina siempre debe corretear a un especialista para que le certifique un formato que debe someter luego a una junta médica que expide la orden final. Si se sabe que la paciente tiene más de 10 años con ese procedimiento, porqué razón no se le facilita una autorización permanente. Desde un principio la EPS se comprometió a sostener el mismo especialista (gastroenterólogo, ginecólogo o endocrinólogo) para los controles y tratamientos de la paciente, pero siempre los vive cambiando y el resultado final es el registro de distintas visiones respecto de cómo se deben tratar sus problemas de salud. Como si fueran pocas todas las dificultades anteriores, la EPS Famisanar maneja la agenda de citas de manera inadecuada porque las demoras en la atención de los pacientes por parte de especialistas son evidentes y desgastantes anímica y económicamente por la gastadera de pasajes hacia los distintos centros y la llamadera por teléfono para la asignación de las citas. Para colmo de males, cuando la señora incumple una cita la EPS le impone una multa de 16 mil pesos, cuando las normas legales hablan de un pago sancionatorio no mayor a los dos mil pesos para aquellas personas que cotizan con el mínimo o por debajo de él. Ella está exenta del pago de cuota moderadora y aún así la multan con 16 mil pesos. Me cuentan que Famisanar es una de las tres EPS autorizadas en el país para ese tipo de cobro, pero cuál es el sustento legal. Si ante la ley, para este tipo de casos, no puede haber privilegios ni abusos. Famisanar es una de las EPS con más alto nivel de quejas por mala atención por parte de sus usuarios. ¿Será posible que la Superintendencia de Salud investigue, explique y sancione los abusos? Ojalá. Estaré pendiente.
La usuaria lleva más de 15 años afiliada a Famisanar. En este tiempo le surgió un problema de hipotiroidismo que la obliga a exámenes, controles e ingesta de medicamentos de por vida. Igualmente se le presentó una gastritis crónica que requiere intervención y controles permanentes. Posteriormente le fue extraido su útero por el registro de un tumor maligno, lo cual también requiere controles y tratamientos constantes. ¿Dónde comienza el calvario de la usuaria? Cuando se refiere a medicina general, la EPS asigna consulta con el primer médico disponible. Es decir no es el mismo médico familiar como ocurre en otras instituciones. Los medicamentos se los recetan para tres o cuatro meses pero la EPS solo entrega para 30 días, el resto debe comprarlos ella por su cuenta para evitar que se le empeoren las tres patologías que sufre. Con los exámenes de laboratorio es lo mismo. Además de que las empresas responsables están muy lejos del lugar de residencia, con un examen de tiroglobulina siempre debe corretear a un especialista para que le certifique un formato que debe someter luego a una junta médica que expide la orden final. Si se sabe que la paciente tiene más de 10 años con ese procedimiento, porqué razón no se le facilita una autorización permanente. Desde un principio la EPS se comprometió a sostener el mismo especialista (gastroenterólogo, ginecólogo o endocrinólogo) para los controles y tratamientos de la paciente, pero siempre los vive cambiando y el resultado final es el registro de distintas visiones respecto de cómo se deben tratar sus problemas de salud. Como si fueran pocas todas las dificultades anteriores, la EPS Famisanar maneja la agenda de citas de manera inadecuada porque las demoras en la atención de los pacientes por parte de especialistas son evidentes y desgastantes anímica y económicamente por la gastadera de pasajes hacia los distintos centros y la llamadera por teléfono para la asignación de las citas. Para colmo de males, cuando la señora incumple una cita la EPS le impone una multa de 16 mil pesos, cuando las normas legales hablan de un pago sancionatorio no mayor a los dos mil pesos para aquellas personas que cotizan con el mínimo o por debajo de él. Ella está exenta del pago de cuota moderadora y aún así la multan con 16 mil pesos. Me cuentan que Famisanar es una de las tres EPS autorizadas en el país para ese tipo de cobro, pero cuál es el sustento legal. Si ante la ley, para este tipo de casos, no puede haber privilegios ni abusos. Famisanar es una de las EPS con más alto nivel de quejas por mala atención por parte de sus usuarios. ¿Será posible que la Superintendencia de Salud investigue, explique y sancione los abusos? Ojalá. Estaré pendiente.
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