Columna de opinión

La farsa de Electricaribe no puede continuar en perjuicio de la Costa


Por José David Name Cardozo
Senador de la República Partido de La U.


El próximo 15 de junio se cumplen 7 meses de la intervención de Electricaribe por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, entidad que tomó posesión de los bienes, haberes y negocios de la empresa con el fin de enfrentar una crítica situación financiera que agobiaba a la compañía tiempo atrás.

La Costa Caribe quedó a expensas del racionamiento eléctrico y en ese contexto el gobierno actuó expidiendo la resolución de intervención.

Se dijo en su momento que se iba a remediar la “deficiente prestación del servicio a su cargo”. Los días transcurrieron en medio de una tensa calma y la aparente voluntad de solucionar el problema por parte del Gobierno Nacional.

Sin embargo, según palabras del propio órgano de control y vigilancia, dado que Electricaribe no cuenta con la capacidad para realizar los niveles de inversión requeridos y no está en condiciones de prestar el servicio de energía con la calidad y continuidad debidas, la Superservicios ordenó el pasado 14 de marzo, su liquidación.

La empresa se acaba, el servicio empeora, se trata de recuperar una cartera morosa en la región superior a los 300 mil millones de pesos a través de lo que podría ser una engañosa “Formulita” y la conclusión es que hoy el panorama es más crítico que antes.

En materia de indicadores financieros y de calidad en la prestación del servicio eléctrico, Electricaribe no da señales positivas ni ofrecen mayores esperanzas las continuas declaraciones de quienes quedaron responsabilizados de la administración tan pronto salieron los españoles.

Las cifras que suministra el Agente Liquidador son elocuentes:

1.     El nivel de recaudo de la facturación de Electricaribe en el pasado mes de abril alcanzó el 79.7 por ciento, la cifra más baja desde noviembre de 2016.

2.     En abril de este año, las pérdidas de energía se ubican en el 20.82 por ciento, el guarismo más alto de los últimos 12 meses.

3.     El nivel de pérdidas de energía está muy por encima de las pérdidas que se admiten por parte de los entes reguladores que son del orden de 12.5 por ciento.

4.     El tiempo de suspensión del servicio de energía se incrementó en un 18.4 por ciento al pasar de 21.2 horas acumuladas a 25.1 horas.

5.     En el primer cuatrimestre de este año, el número de cortes de energía aumentó a 32.2 veces de interrupción del suministro eléctrico, por encima de las 25.9 veces del mismo periodo del año 2016.

6.     El inconformismo y las protestas contra la empresa son mayores cada día, al punto que ya se han presentado dos asonadas recientes con pérdida de una vida humana y destrucción de instalaciones de Electricaribe.

7.     Los ingresos de la compañía intervenida en proceso de liquidación también caen un 7.9 por ciento al lograr un volumen de 766 mil 643 millones de pesos entre marzo y abril de 2017.

8.     Las pérdidas de la empresa se han multiplicado por diez al pasar de los 6 mil 993 millones de pesos arrojados en el primer cuatrimestre de 2016 a los 64 mil 973 millones de pesos en el mismo periodo de este año.

Se hace evidente que Electricaribe ya no da más, que cualquier opción en medio de la liquidación se convierte hoy en un paño de agua tibia. Somos de la opinión que no hay que prolongar más esta agonía y que lo más sensato es buscar y escoger un nuevo operador eléctrico para la Costa Caribe colombiana.

Pienso que la Superintendencia de Servicios Públicos y Electricaribe le están dando mucha vuelta a la solución que se requiere y en ese sentido, por muy loable que sea la intención, no parece tener mucho sentido que se prolongue la angustia regional al contratarse con la Financiera de Desarrollo Nacional, FDN, la estructuración de una supuesta “solución definitiva que permita la continuidad, mejoramiento y calidad de la prestación del servicio de energía en la Región”.

Vamos a diagnosticar lo que está sobrediagnosticado en nuestra Región en materia eléctrica.

Lo contundente hoy es que no puede continuar la farsa alrededor de una solución eléctrica para la Costa Caribe, cuya demora es uno de los cuellos de botella que enfrenta el desarrollo económico nacional y el progreso social regional en opinión del codirector del Banco de la República, José Antonio Ocampo.

Sabemos que se requiere un nuevo operador, entonces para qué contratar con la FDN el “proceso de identificación y evaluación de las opciones estratégicas y recomendar la alternativa más conveniente para mantener la continuidad del servicio público en las zonas que actualmente atiende Electricaribe, teniendo en cuenta la protección de los derechos de sus usuarios y de sus acreedores”.

Me preocupa el tiempo que pueda demorar la FDN en acompañar a Electricaribe en la implementación de la alternativa escogida, para lo cual coordinará un equipo de trabajo de apoyo legal y banca de inversión.

El agente interventor de la empresa sostiene que “Electricaribe escogió a la FDN pues es una entidad técnica con gran experiencia en el sector eléctrico, quien nos ayudará a encontrar la mejor solución estructural para garantizar la continuidad de la prestación del servicio de energía a todos los usuarios”. En qué más se puede pensar aquí si no es en otro operador, qué tanta dificultad puede implicar esa escogencia si el país tiene la experiencia que se ha ganado con los problemas que hemos vivido y aún se viven con Electricaribe.

No dudo de la competencia ni de la capacidad técnica de la FDN, pero me parece que se están creando unos tiempos innecesarios para resolver la crisis eléctrica de la Costa Caribe. Se conoce el origen del problema, las causas y consecuencias están a la luz pública, qué más le podemos investigar al tema.

Cualquier otra declaración, acto de reconocimiento a la crisis o proyección de solución de largo plazo, no es más que la continuidad de un atentado contra los usuarios de la Región y la perpetuidad de un problema que lleva al detrimento económico del Caribe colombiano.

La orden que debería dar el Presidente Juan Manuel Santos es que no se dilapiden más recursos en estudios y visualizaciones técnicas, sino que de una vez por todas se proceda a estructurar la selección del nuevo operador dentro de las condiciones más convenientes para el país y la región. Lo demás es seguir perdiendo tiempo y provocando un agravamiento del clima social en el Caribe. Por favor escríbame a jname@josename.com  

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